Wiki La Comisión Secreta
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Bartolomeo Casas
Género
Masculino
Edad
42 años
Estado
Fallecido
Color de pelo
Negro
Ocupación
Guardia Real


Bartolomeo Casas fue un destacado miembro de la guardia real del Concilio primero al servicio del Monarca Asdrúbal para luego quedar al servicio del Monarca Leonardo Sarlevio. Fue tío de Ernesto Casas y uno de los más viejos amigos de Xenón Prochorus.

Descripción[]

Bartolomeo es descrito como un hombre adulto con aspecto intimidante. De piel cetrina, tiene un rostro que exhibe ya unas cuantas arrugas, cejas apenas visibles, una nariz prominente, boca ancha y unos grandes ojos de color gris que denotan temeridad.

La actitud de Bartolomeo es sumamente parecida a la de Xenón, siendo inflexible, muy disciplinado, serio y en algunas ocasiones, frío, aunque en el fondo se trata de una persona de enormes principios morales de mucho honor que siempre se pone del lado de la justicia, incluso si estando ahí se pone en contra del Concilio o de su Monarca.

Biografía[]

Hace su primera aparición al pedir una audiencia con el Monarca Sarlevio para exponerle el alarmante retraso de la brigada donde se encuentra Xenón, quien toma en cuenta su solicitud y lo manda como parte de la brigada de rescate que trae de regreso a los agentes perdidos en el bosque de los pinares.

Al ser un viejo amigo de Xenón cuando ambos aún eran agentes, acepta la misión de proteger a Franciscus Alexis antes de que inicie el juicio contra estos, el cual falla en contra de los agentes, haciendo que Bartolomeo finja que es arrastrado por Franciscus hacia Las Torres del Silencio cuando en realidad era parte de su plan para cumplir con su palabra.

Una vez en el lugar, Bartolomeo sirve de guía a Franciscus, salvando al muchacho de algunas trampas durante su recorrido y cuestionándose constantemente por qué Xenón le había dicho que el muchacho tenía madera de agente, aunque en algunos momentos parece comprender ese porqué.

Pierde la vida al sacrificarse para salvar a Franciscus del ataque de Hugo Celso, cumpliendo hasta el último momento de su vida con su palabra, sirviendo de profunda inspiración a Franciscus.

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